¿Qué hay mejor que sentarte en una terraza a la sombra y escribir mientras te tomas algo? Sin agobios, sin presiones… solo tú, el teclado y la historia que quieres vivir.
Estas son las diez razones (hay muchísimas más) por las que merece la pena hacerlo:
- Desahogarte. Es una terapia gratuita genial, te ayuda a desconectar de la saturación de estímulos diarios y abre tu mente. Puedes hablar sobre muchos temas que tal vez no eres capaz de contar a otras personas, puedes insultar, gritar, amar… todo lo que necesites con tal de soltar todo lo que llevas dentro y sentirte mejor.
- Evadirte. Volar a un mundo construido por ti, ser el arquitecto de una realidad paralela y el guionista de las vidas de tus personajes. Desatar la imaginación y conocer lugares donde nadie ha estado, ciudades por las que te encantaría pasear… distraer tu atención de los problemas que te rodean.
- Soñar despierto. No tienes un submarino rosa, pero ¿qué te impide tener uno en tu historia y surcar los siete mares? NADA. Bienvenido al reino de lo que pudo ser y por fin lo es.
- Enfrentarte a tus miedos. ¿Te da pánico conducir un coche en un circuito de carreras pero te encantaría poder hacerlo? Pues nada, la protagonista de tu novela puede ser una famosa piloto y pulir a los demás conductores en Silverstone. Todas tus fobias expuestas.
- Controlar la historia y los personajes. ¿Cuántas veces has pensado «no abras esa puerta» mientras leías una libro? Se acabó, tú eres quién controla el guión y el que decide no abrir la puerta y largarse. Puedes convertirte en el nuevo George R.R. Martin y matar personajes, puedes hacer que Ian Somerhalder se enamore de ti… ¿qué te lo impide? Al fin y al cabo, es tu trama.
- Sentirte realizado. Eres capaz de hacer algo que no mucha puede conseguir. Aunque el resultado no acabe siendo un bestseller, tienes un superpoder, creételo. Serás la inspiración de otros.
- Hacer algo diferente, y que sea divertido. Si hay algo que se sale de la rutina es ponerte a escribir una novela. Y si no, coméntaselo a tus amigos, ya verás, no creo que haya mucha gente a tu alrededor que lo haga. Al menos en mi caso así es, razón por la que es una carrera de fondo solitaria, pero muy satisfactoria.
- Mejorar tu escritura y vocabulario. Algo que nunca está de más.
- Refuerza tu fuerza de voluntad y tu disciplina. Aunque no seas una persona loca del orden y de los horarios (como es mi caso), cuando escribir engancha, acabará siendo parte de tu rutina diaria. Estarás deseando conectar con ese mundo paralelo que has creado para ver cómo les van las cosas a tus personajes.
- Recordar. Puedes revivir momentos o situaciones de tu vida, puedes replantearlos y actuar de otra manera. Incluso puedes plasmar una época importante de tu vida con todo lujo de detalles.
Un punto extra: Comparte. Muestra a tus amigos lo que estás haciendo, cuenta a los demás cómo está siendo tu experiencia y no te desanimes. Los bloqueos existen, pero los desbloqueos también (te lo dice alguien que lucha contra ellos a menudo). Sé que esta entrada rebosa optimismo, pero quiero animaros a empezar a escribir o a que no lo dejéis. Otro día ya hablaremos largo y tendido sobre el lado pesimista.
Y vosotros, ¿por qué escribís? ¿qué os aporta?